Una nueva técnica capaz de detectar oxígeno en exoplanetas que se implantará en el Telescopio Espacial James Webb de la NASA podría acelerar la búsqueda de vida en el espacio y ayudar a los científicos a discriminar entre planetas vivos e inertes
Un posible indicio -que no una prueba- de la existencia pasada o presente de vida en un lugar -o lo que los científicos también conocen como una biofirma- es la presencia de oxígeno en la atmósfera de un exoplaneta. Así, en la Tierra, fruto de la actividad de organismos como plantas, algas y cianobacterias, los cuales utilizan la fotosíntesis para convertir la luz solar en energía química, podemos encontrar grandes cantidades de este gas.
Por su parte, el astrobiológo Edward Schwieterman, de la misma Universidad California en Riverside y miembro del equipo que desarrolló esta técnica declara que "el oxígeno es una de las moléculas más emocionantes para detectar debido a su vínculo con la vida, sin embargo no sabemos si la vida es la única causa de la presencia oxígeno en una atmósfera. Esta técnica nos permitirá encontrar oxígeno en planetas vivos y muertos". Schwieterman, de hecho, ayudó al equipo de la NASA a calcular cuánta luz bloquearían estas colisiones de oxígeno, que es el modo en que funciona esta técnica. "Cuando las moléculas de oxígeno chocan entre sí, impiden que un telescopio vea partes del espectro de luz infrarroja. Al examinar los patrones en esa luz, se puede determinar la composición de la atmósfera del planeta.
Oxígeno, una moneda de dos caras
Por otro lado, algunos investigadores postulan que el oxígeno, aunque puede actuar como una biofirma, también puede hacer que un exoplaneta parezca albergar vida cuando no lo hace, pudiendo acumularse en la atmósfera de un planeta estéril.
El oxígeno es una de las moléculas más emocionantes debido a su vínculo con la vida, sin embargo no sabemos si la vida es la única causa de la presencia oxígeno en una atmósfera
Así, si un exoplaneta está demasiado cerca de su estrella anfitriona o recibe demasiada luz de esta, su atmósfera se calentaría en exceso saturándose del vapor de agua de los océanos, los cuales se evaporarían. Este agua podría ser descompuesta por una fuerte radiación ultravioleta en hidrógeno atómico y oxígeno, donde el hidrógeno al ser un átomo muy ligero, escaparía al espacio fácilmente, dejando atrás el oxígeno.
Con el tiempo, este proceso podría dar lugar a la pérdida de océanos enteros mientras se forma una atmósfera de oxígeno espesa y más uniforme que una atmósfera rica en oxigeno a causa de la acción biológica. En este sentido, una atmósfera rica en oxígeno no necesariamente habría de ser un indicio de la presencia de vida sino que puede resultar el indicador de un historial de pérdida de agua, por lo que Schwieterman advierte que "los astrónomos aún no están seguros de cuán extendido puede ser este proceso en los exoplanetas" y añade que "es importante saber si los planetas muertos generan oxígeno atmosférico y en qué medida, para poder reconocer cuándo un planeta está vivo o no".
Comentarios
Publicar un comentario